#Poesia
Por Ana Gervasio
a la intemperie (en La calle de los pájaros, Linda y Fatal, 2015)
si volviera, ahora.
si de pronto
escuchara su voz entre los gritos
si viniera a mí con su sonrisa pálida
con ese débil deambular por la calle querida.
si me viera ahora
apoyada aquí, en el silencio, a oscuras,
con las teclas en blanco,
esperando una señal translúcida,
un signo,
que me permita sacar las manos de la madriguera,
los pasos de este camino áspero
donde el amor yace desnudo, a la intemperie,
resistiendo la muerte
frente al sol arrogante de febrero.
pero no, es mejor que no vuelva
que no hable
que no repita mi nombre
con aquella armonía de los tangos tristes.
aquí también hay profanadores de tumbas
hay emboscadas, poesías que agonizan
y muñecas despedazadas
en los andenes de las estaciones.
aquí también está prohibido
oír el trino de los colibríes.
es preferible que se quede
en aquel país de espejos intangibles,
aunque la tarde lo aprisione en las rendijas.
aquí hay carceleros de hierro
que huelen a pantano
que lastiman el alma a dentelladas
y pintan con sangre carteles de sosiego
en las puertas de las jaulas.
no quiero que regrese a esta fogata de huesos,
guarida de los lobos.
no sé si son flores o palabras,
no sé qué crece en la memoria de las piedras
pero es mejor que no regrese.
es mejor que intente un jardín,
una plegaria,
un poema que lo invente, todavía,
con su traje de luces,
con su mirada buena.
***
fulgores (inédito)
mi madre apura la respiración
su frágil cuerpo descansa
en este mismo lugar
donde mi padre respiró por última vez.
titila una luz en la ventana
la misma que en la infancia
aparecía tras la noche como un signo.
tanto deambular, tanto trajín
y otra vez en esta sombra incierta
asiéndome de esa pequeña luz
que agiganta la grieta en la pared
aquella, la de entonces,
cuando el miedo estaba afuera
en la calle estremecida por un pájaro
o en el cielo lastimado por un grito.
[mi madre apura la respiración
soy la única que oye ese sonido ,
ese compás disímil, cansado
que surge con dificultad
y enciende, todavía,
el brillo tenue de su vida]
***
paisaje quieto (en La calle de los pájaros, Linda y Fatal, 2015)
saldré a la calle, ensayaré una pirueta
un salto mortal en la avenida,
en las paredes prosperará la hierba.
estamparé en los balcones un edicto de pájaros.
escribiré un grafiti.
un manifiesto a favor de los insurgentes.
resistirá, una vez más, la frágil cuerda.
discutiré otra vez el deseo y la muerte.
se cerrarán mis puños y golpearán las sombras,
rugiré el hastío hasta cansarme,
temblaré hasta caer rendida del último peldaño,
destrozaré los límites de la celda
miraré la hora una y otra vez.
regresaré a mi casa. encenderé la lámpara.
abandonaré mi vestido en el umbral.
dejaré caer el agua. estiraré el mantel.
esperaré, todavía un rato más,
hasta alcanzarlo,
hasta rozar su devenir callado,
su mirada de niebla, su destino de barco,
hasta ver su figura invisible apoyada en la silla
y volver a encontrarlo en mi paisaje quieto.
insurrección (inédito)
[este breve poema es irrefutable
no requiere certezas
ni enmiendas
no tiene voz
es mudo
como la insurrección de las flores]
***
Ana Gervasio es poeta y editora. Nació en Italó, Córdoba, Argentina. Actualmente vive en Buenos Aires. Publicó La llave en el pico del cuervo, junto al poeta Roberto Esmoris Lara (Linda y Fatal, 2011) y su libro de poesía La calle de los pájaros (Linda y Fatal, 2015). Participó en las antologías Gente Mayor (Cienvolando, 2015), Poemas de la Resistencia (Clara Better, 2016), En el momento del caos (Frenéticos Danzantes, 2018). Sus poemas están publicados en Revistas de Literatura nacionales e internacionales. Desde el año 2011 sostiene el proyecto editorial independiente Linda y Fatal, que cuenta con treinta títulos (poesía y novela) en su catálogo. Además lleva adelante con la editorial y con el apoyo del grupo Amigos de Cuba la publicación en Argentina de autoras y autores cubanos.