Pessoa empezó a morir en la madrugada del 26 al 27 de noviembre de 1935. No se sintió bien y llamó a un médico. El 28 estaba un poco mejor. Pero enseguida su salud empeoró y debió internarse en el hospital de San Luis de los Franceses donde recibió la visita de algunos amigos. El día 29 pidió papel y lápiz y escribió una nota breve que todavía se conserva: I know not what tomorrow will bring (No sé qué traerá el día de mañana). El 30 a la tarde el ataque de cirrosis hepática que padecía era total. Serían las ocho cuando Pessoa perdió súbitamente la visión y, tras haber murmurado, tal vez sin saber ya a quién se dirigía, un angustiado dame los lentes, su vida terminó de extinguirse. La lenta difusión de su monumental obra empezaba en ese instante a crecer de manera incesante a la manera de un universo en expansión. Y continúa haciéndolo.
Lo anteriormente escrito, es un fragmento extraído del libro Lo Inalcanzable de Luis Gruss. Creo que la cita dice exactamente todo lo necesario. Sólo cabe agregar que, como dice arriba, un día como hoy pero de 1935 fallecía Fernando Pessoa.